El Whisky japonés entra al mercado Estadounidense
Después de décadas de ser un segundón en el mercado del whisky en EE.UU., el japonés está en ascenso. El año pasado, las ventas de Suntory en ese país aumentaron 44%, según la compañía, a la que se le ha dificultado seguirle el ritmo a la demanda. Así es que incrementó 10 % los precios del Yamazaki de 12 y de 18 años, el año pasado y en el presente.
«Nos gusta que el consumidor reconozca al whisky japonés como de muy alta calidad», dijo Yoshihiro Morita, el gerente ejecutivo de Suntory para las ventas y marketing en EE.UU.
El whisky japonés se ha producido comercialmente desde los 1920, cuando se construyó la destilería Yamazaki. Comparado con los whiskys escocés, irlandés y el bourbon, todavía es el chico nuevo en la cuadra.
Sin embargo, ahora que los estadounidenses han redescubierto a fondo esas otras categorías en los últimos 30 años, es el turno de Japón. A esa adopción la ha impulsado el hecho de que finalmente se puede comprar whisky japonés en ese país.
Las ventas han aumentado lo suficiente como para que Suntory haya incorporado dos embajadores de la marca en EE.UU., el primero, el mixólogo neoyorquino Gardner Dunn y, luego, el cantinero de San Francisco, Neyah White.
Durante el siglo XX se percibió a las destilerías japonesas como poco más que frustrados fabricantes de escocés. Masataka Taketsuru, el primer maestro destilador de Suntory y fundador de Nikka, estudió su arte en Escocia y escogió sitios para las destilerías que se parecían en terruño y clima. Mientras que no se puede negar que los whiskies japoneses saben más como el escocés que, por decir, el bourbon, los conocedores ahora se centran más en las características que los diferencian.